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¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


3 de abril de 2017

proximidades

                                                                                                                                             
La diagonal del silbido me da de lleno y cambia la luz a oscuras, cambia y la boca me recuerda que afinando las vocales puedo crear un caparazón que las aísle de su propia estridencia y del disturbio cuando amanece callado y asalta el deseo como una mano helada e insistente.
                
La estrategia es equivocarme de alumbrado e ir a parar al cuerpo que sabe hacer monólogos y bailar con una canción azul, que sabe despistar el clima hacia lo que no alcanza a ver y se concede un atisbo de umbría a pleno sol.                
                
Quizá la niebla semeje un pájaro o un sonido arriesgado se quede colgando de la pared como una fotografía o su eco; así podré tenerlo cerca y darle a beber agua y sed sin que lo sepa.