Se rompe el agua en la noche
como rompe la memoria
siempre creciendo la menguante.
Ruge en sordina y silente
ese mar que azota y mancha
el corazón de las piedras oscilantes.
El infierno se avecina
mientras sonríen las olas
y la espuma entre los dientes
es un beso de salitre.
Besa con boca arqueada
la tempestad a la noche
y el recuerdo de los vientos
es aroma de serpiente.