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¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


21 de julio de 2010

Mal de mareas


Alzo la mano para rozar el prisma
que se encuentra en el lago
rodeado de nenúfares.

Todo lo que me rodea es agua silenciosa
y un gato que maúlla
ronroneando sus ojos sobre la hoja
que flota invertida,
encima del espejo de memoria desdoblada.

Brillan las aristas
con policroma monotonía
al emerger, refractarias de sí mismas.

Creo reconocer la intermitencia de las olas,
ese mal de mareas
que daña con locura
la piel del aire
y la necesidad que impera
dentro del alma,
anhelando fuera.