Tengo las manos de cristal
y en esa transparencia nítida
no logro equivocar el agua
que se desprende de mí.
En vano sujeto el reflejo
despedazado de la noche
y soy mujer que se mira
con los ojos de través.
Estabilizo las ausencias,
el breve tañido de voz
de la boca temblorosa
que acorralada oculta mar.