cabecera
















¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


24 de septiembre de 2009

Un cielo inesperado

Cerca del cielo
los vacíos se truncan
allí, donde el mar no es azul
las tormentas, cambiantes
dejan sentir en la piel
el reflejo de la luna

Al lado del infinito
que dibuja la mirada
las palabras son un soplo de brisa
un cristal líquido
sin rencor ni olvido
resbalando hacia los dedos

Las manos cuelgan caídas
como piedras candentes
soportando el frío de la noche
extrema, distinta
como la muerte

Todas las montañas
miran al oeste
como girasoles diurnos
en campos de exterminio
anhelando un grano de escarcha
destello eterno en una nube

Cerca de un cielo inesperado
palpita un jardín de flores
paraíso de niebla y lluvia
donde la poesía, indómita, loca
caníbal
se esconde detrás de los árboles