Nada me cuesta
mirar el reflejo
de tu sombra sobre la mía
si al cerrar los ojos
encuentro en el espejo
de mi mirada, la tuya.
Nada me cuesta
sentirte en una lágrima
en la profundidad del cielo
si te busco en mi rostro
y te hallo, resbalando
como una caricia.
Nada me cuesta
esperarte en una orilla
apagar el pulso de mi cuerpo
si cuando muera el cielo
nos encuentra la luna
unidos, latiendo dentro de la lluvia.
Música: Ternura
Neuronium