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¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


13 de noviembre de 2009

Rosas muertas


En la oscuridad vi el silencio
cruzando los mares
lo vi alejarse de la costa
adentrarse en la bruma
caminando sobre el rostro de la noche.

Vi el ímpetu del viento
abrupto, rocoso
al galope de una sombra
sumido en la turbulencia
de una tormenta acechante.

Sentí el temor de las rocas
el temblor de la espuma
intuí el espíritu de la marea
sobre la arena seca, creciendo
como la lengua de un gigante.

Miré la cara de la luna
asustada, inquieta
la vi esconderse entra las olas
escurriéndose como un ocaso
entre un mar de nubes.

Se vinieron abajo las lluvias
y el cielo abrió su boca dulce
sembrando tempestades en el aire
sin misericordia, ondulantes
sueños de rosas muertas.