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¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


26 de marzo de 2010

Mi denuedo es el insomnio


Mi denuedo es el insomnio mecánico
al que me sujeto cuando la pértiga
se inclina hacia la frontera del hielo.

No observo casualidades en el azar
que aplaca los horizontes.

Los surcos de monotonía se suceden
boca abajo y arriba sube la escalera
en dirección a las olas del mar.

Los esqueletos dormidos despiertan
no son mentira, son esa verdad
suspendida en una noche de luna cuarta
que se acuna en mí.

No puedo dudar de la aspereza del oxígeno respirado,
tan cruel.

Te he pedido un diezmo de lluvia
cielo
pero no creo sentir nada más cercano
que la levedad de un sonido fragante
de flores, al deshojar un vacío
nunca llegado a edificar.

Miro desde dentro, allí , en las ventanas
estás tú.

El trazo se solidifica en carne de ángel
sin un porqué
(y luego se daña).