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¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


26 de junio de 2010

Dos palabras


La carótida de su cuello late en mi sien,
repentina jugada de caricia ejerciendo metástasis
en el eje de la huída,
donde se alojó antes la piel.

No hay sangre en el destierro
ni en el jardín secreto del Edén.

Intimo con la armonía de un hombre,
calma, desdibujándome de las estrategias.

Insegura en mi fragilidad
bordeo la tentativa matizada
de la lluvia sobre su cabello,
el devenir de dos palabras
surgiendo de la inmensidad.