Todo surge
de la necesidad
de un te quiero,
pequeño, quieto, distinto,
que trepe desde lo más hondo
del sentimiento.
Todo surge
del todo,
de la nada profunda
que sopló el viento
al convertirla en hielo.
Hoy convierto el frío
en esa brisa cálida
que permanece en tu rostro.
Hoy sonrío.
Hoy sueño.
Hoy te quiero.
Hoy vivo.