Por tu sombra un suspiro
que me lleve hasta tu boca
con los labios llenos de niebla.
Por tu mirada mis sueños,
altar de cuerpos desnudos
donde gravita la conciencia.
Poro adentro encuentro tus ojos
como cuchillos que rasgan la carne
cercenando mis entrañas.
Penetra tan honda la herida
que se desangra el alma en su ataúd de lluvia.