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¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


16 de junio de 2010

Tengo en una raíz del corazón




Tengo en una raíz del corazón
el alma enamorada de los truenos.
Voz de plumas de barro, son venenos
los labios recordando la obsesión

por los instantes nítidos, pasión
que semejaba cielos y centenos
bajo la luz del sol, rayos obscenos
desnudando la piel y la razón.

Las estrellas son núcleos de dolor
si no brillan eternas para ti
en las noches oscuras, silenciosas,

despertando a las sombras y a las rosas
que en todos los renglones escondí
después de imaginarlas con amor.



Soneto