Vengo del norte de la memoria
donde el frío es pensamiento
y los vértices se aclaran.
Vengo como viene el viento,
descendiendo con un instante de sol
desde la última nube que irradió nostalgias.
Vengo con el alma henchida
de resplandores de lunas,
colmándola con tu voz.
Vengo a saciarme en tu boca,
a comer de la palabra amor.