Preparo tu alma para el viaje sin fin
que el olvido ha trazado en este pliegue que dejó de existir.
La raíz del verbo seduce a mi imaginación
a sabiendas de que quedó lejos
la inconstante arena del desierto
que en el mar se ahorcó.
Preparo mi alma para decirte adiós,
como dije adiós al horizonte, al viento, que hoy me acarició.
La alegoría del futuro me llevará a ti vestida de fuego;
impoluta en mi energía,
adivinarás la conciencia en mi materia interior.
Que maravilla de silencio
al acercarte a la piel
y crepitar conmigo sin sonido
dejándonos deshacer.