
A las cuatro de la madrugada la sed sale del sueño y sonámbula me da su mano para llevarme a beber agua.
Es entonces cuando me sorprendo dormida con la boca todavía reseca y los labios sedientos.
Así descubro el asombro: esa sed es otra y sé que sólo se sacia si continúo soñando y bebo del agua del sueño de tu cuerpo.