Excéntrica
y en los ojos puñales
cuando saco a pasear
al olvido
fuera de mi sombra.
He rodeado las esquinas
de la nada, del viento
de la sangre que escuece
como savia de flores.
Y es la eternidad del aire
en mis manos, silencio
esa fiera indomable
que edifica lluvias
cadenas sin eslabones
atándome
a los días que mueren.
En los ojos, puñales
hordas de palabras
tan negras
que oscurecen lo interno
al ahogarme
presa de un desierto
sin arco iris.
Cerca del mar
paseo entre hojas, troncos
la hierba es dulce
si la miro
si la toco, me quema
y convierto en ortiga
su nombre.
Música: Haust
Ólafur Arnald