Pasas al estado gaseoso, sublimación microscópica con las nubes, y un día llueves, sin darte cuenta llueves y llueves, en una caída constante, dando todo de ti.
Las soluciones a los problemas se llaman silencio, se llaman no existen, se llaman no les des más vueltas a las piedras, pues bajo ellas se encuentra tan solo su sombra.
Te he buscado incluso sabiendo que no te buscaba, te he buscado para verte, para sentirme sola, dibujarme en las lágrimas que sobresalen de las paredes de los atardeceres, y sigo sin querer buscarte, sin verte sobre las olas de los mares.
Era una medianoche oscura, de esas en las que te cuesta cerrar los ojos cuando los tienes abiertos, o casi vivos, y deseas mirar la luz que no existe.