Aquí, en mitad de esta nada que construyo con los escombros que voy dejando después de ser casa ajena, casa abandonada y derruida, vivo despojada de todo lo que tiene color, ni blanco ni negro, siquiera azul veo si miro al etéreo confundiendo cielo y mar.
Todos los motivos son válidos para dejar de escribir, abandonar de una vez por todas este afán que me consume las horas, los días, los años ya, que pasan como balas, siempre hiriendo el interior.