El retrato de tu alquimia se delinea en mi piel.
Desprendo rayos en la exosfera al pasear dentro de la melodía de un quiebro de luz que se filtra a través de la ventana de la noche soleada y fugaz.
Desprecio la densidad del aire que me rodea, permiténdome ser el vacío interplanetario que fluye mezclado con tu sangre.