Hoy traigo un regalo debajo del brazo; Sady, amiga y compañera de palabras tuvo a bien regalarme un poema del que me sentí completamente enamorada.
Es todo un placer para mí tener aquí sus palabras.
Hija de la tierra
Soy hija de la tierra
sus manos acarician mis talones
en cada intento de paso.
Voy de piel a musgo desnudándola,
jugando con mi débil
proyecto de sobrevivencia.
Y me besa el sol cada aurora
mientras en su rito de luces
me recuerda cuantos gramos
de noche me caben dentro.
Soy hija de la tierra,
me hundo en su manto de hembra
y bebo sus mieles,
mieles de madre fecunda y vasta
que me inundan de mujer,
en engendro y vida.
Soy hija de la tierra.
Bùscame los labios esta noche
y esperemos a que mañana:
(como legítimos hijos de la tierra)
también nos roa el recuerdo.
Sady Morin Gonzalez, hija de la tierra cubana