Las ruinas de la memoria
naufragan en un sueño permanentemente aislado.
Más allá de la lejanía de los versos asíncronos
el cuerpo se desvela en la piel
con deseos de laberinto,
quebrando el espejo de la muerte.
He adherido el pensamiento a un arrecife
para que lo meza la marea
y las olas refresquen la dulzura
que siento al besarte en la boca.