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¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


10 de julio de 2010

Mírame a los ojos


Hoy quiero hablarte en silencio
de los silencios del alma.

Mírame a los ojos,
dentro de ellos están los verbos,
las tempestades de palabras,
el amor líquido.

Corre el agua sin demora
estallando el conocimiento;
la distancia se equilibra
desde el centro de fuera
al centro de dentro,
y equidisto una entraña mía
de tu posible cercanía efímera.

Te llevo en mi río;
a veces muero si te ahogo,
si me hundo en la mar seca
que resta del deseo,
imperceptible lucha sostenida
con mis labios vacíos.

Huera es la boca de ecos,
no escuches su codicia;
la lengua es bífida y venenosa,
de áspid que hipnotiza
y te desea dentro.

Mírame a los ojos,
a la realidad del negro que no vacila.
Ellos te buscan.
Ellos te encuentran.