No ocupo espacio dentro de tu boca.
Si abres los labios yo me hago pequeña
y soy esa milésima que sueña
escondida en tu lengua, que te toca
cuando callas y gritas; soy la roca
que tu voz pulveriza como leña
de un árbol mutilado, flor de alheña
con corazón de luna dulce y loca.
Nunca soñarme en ti fue tan ausente
desprendiendo señales el presente;
fuegos abovedados y volcanes
de rocas ateridas en los ojos
tan cálidos, tan suaves; ademanes
que en el rostro son siempre eternos rojos.
Soneto