Me he quedado sola
en esta noche de espejismos,
¿qué rincón de mi cuerpo no tiembla?
Quedó solo el sendero
de pretéritos acobardados,
de amantes desconocidos,
y en cada surco se sella mi boca
con tiempos pasivos y neutros
que al fin y al cabo
siempre se lleva el río.
Escribo en mis sueños sin cordura,
mujer que no alcanza el cielo
ni la cumbre de esta noche
cabalgada por gorriones blancos
y tactos de espesura,
humo que se desvanece mientras me reconozco
en el contratiempo
devorada por la locura.
Aquí están los engranajes de las neuronas,
dendritas disipadas entre rojos y azules,
todas ellas reminiscencias imposibles
que ya no pueden ser poseídas.
Aquí está lo abstracto,
mujer de piel de invierno,
arañando la superficie desvelada
del alma de la lluvia;
ella y la quimera de unas huellas
que la marea difumina.
Me quedé a solas
ocupando tu lugar el otro fuego
que sale de mis entrañas;
qué rincón de mi cuerpo,
de mi alma, no tiembla
al descubrir que en el horizonte
está mi lecho lleno de palabras.
Música: A heart has asked for the pleasure
Mono