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¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


24 de julio de 2010

Temblor





Me he quedado sola
en esta noche de espejismos,
¿qué rincón de mi cuerpo no tiembla?

Quedó solo el sendero
de pretéritos acobardados,
de amantes desconocidos,
y en cada surco se sella mi boca
con tiempos pasivos y neutros
que al fin y al cabo
siempre se lleva el río.

Escribo en mis sueños sin cordura,
mujer que no alcanza el cielo
ni la cumbre de esta noche
cabalgada por gorriones blancos
y tactos de espesura,
humo que se desvanece mientras me reconozco
en el contratiempo
devorada por la locura.

Aquí están los engranajes de las neuronas,
dendritas disipadas entre rojos y azules,
todas ellas reminiscencias imposibles
que ya no pueden ser poseídas.

Aquí está lo abstracto,
mujer de piel de invierno,
arañando la superficie desvelada
del alma de la lluvia;
ella y la quimera de unas huellas
que la marea difumina.

Me quedé a solas
ocupando tu lugar el otro fuego
que sale de mis entrañas;
qué rincón de mi cuerpo,
de mi alma, no tiembla
al descubrir que en el horizonte
está mi lecho lleno de palabras.










Música: A heart has asked for the pleasure
Mono