cabecera
















¿Acaso en verdad se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.
Aunque sea jade, se rompe.
Aunque sea oro, se hiende,
y el plumaje de quetzal se quiebra.
No para siempre en la tierra,
solamente un poco aquí.

Netzahualcóyotl de Texcoco


4 de agosto de 2010

Al acecho de la monotonía




En este encierro lleno de puertas
son tus ojos los que sueño
esperándome en las rendijas oníricas
de los umbrales sinuosos
que asombran mi mirada.

Nocturna es la mano que abro
para asirme a tus dedos.

Al acecho de la monotonía
tiendes a mi paso alfombras
con matices de luna
y yo miro al cielo
para verte
en el aire que anhelo.

¿Qué haces? Te pregunto,
que me quieres,
si no estás.

He bailado con el invierno
volviendo mi voz tormenta
para llover temprano y empapar
el azar que tejen los labios
mientras te pienso.

Fluyo con el alma vacía,
líquida en la noche fugaz,
atesorando entre las piernas
tambores de sueños,
todos los sonidos que la lluvia
imprime en el agua de las fuentes,
tan quieta, nítida,
fragante como la piel de las estrellas.

El virus está instalado en la carne
impregna las palabras con sangre de pensamientos
y la eternidad yace en el quicio reptante
de las huellas de tus dedos en mis manos.



Solitary ground, Epica