No para siempre en la tierra, solamente un poco aquí. Aunque sea jade, se rompe. Aunque sea oro, se hiende, y el plumaje de quetzal se quiebra. No para siempre en la tierra, solamente un poco aquí.
Por ese motivo dejamos
las manos en la tierra
y no hacemos pie con el cuerpo
atravesado por el agua.
Por eso el trueno
es un loco que anuncia
el aullido de un animal
aislado en el poema.