No para siempre en la tierra, solamente un poco aquí. Aunque sea jade, se rompe. Aunque sea oro, se hiende, y el plumaje de quetzal se quiebra. No para siempre en la tierra, solamente un poco aquí.
En el tapiz de los ojos de la noche reverberan los haces de la luna llena, crisol donde se reunen las sombras del día. Al mirarlas desde dentro generan lluvia y nieblas.